domingo, 27 de abril de 2025

¡Hombre, un respeto!


Honoré Daumier, El aficionado a las estampas, Fundación Bamberg, Toulouse

Escucho, de madrugada, un programa en Radio Euskadi sobre los Rolling Stones. De pronto, a falta de un cuarto de hora para el final, bruscamente, se introduce un programa de las iglesias Evangélicas, ignoro si vascas o cosmopolitas. Verifico si he cambiado de canal, pero no, es el mismo. Hombre, hombre, ¡un respeto para los Stones!


PRERROGATIVAS. 
Dos horas de misa cantada han deglutido los mandatarios mundiales durante los funerales de Francisco. Me encantan las prerrogativas que se permite el Vaticano. Sólo se han librado los “comunistas” Putin y Xi Jinping, y Sánchez, que no es “comunista” sino sanchista, que es una variante del sistema caudillista que caracteriza a España (felipismo, aznarismo, zapaterismo…). Ni el arrogante Trump se ha librado de la liturgia católica, apostólica y romana. Y menos mal que no les ha llovido.


CUANDO NADIE NOS VE. 
Con paciencia franciscana he visto –con cuentagotas, en Movistar–, la serie española Cuando nadie nos ve, dirigida por Enrique Urbizu y protagonizada por Maribel Verdú, en el papel de sargento de la Guardia Civil, nada menos. Tenía curiosidad por ver el final, pero me ha decepcionado. La serie, en general, se deja ver, sobre todo si eres aficionado a los thrillers, como es mi caso. Tengo simpatía por Maribel Verdú pero en esta serie la veo demasiado seria, ella que siempre aparece sonriente. Como la tenía un poco perdida de vista, me ha gustado volver a verla. Lo de las entregas semanales es un poco enervante y hay que tomárselo, como queda dicho, con paciencia franciscana. Incluso vaticana.


QUE un tontito de 19 años, o de cualquier otra edad, por muy buen futbolista que sea, se permita mandar callar a los espectadores porque ha metido un gol, debería ser de tarjeta roja.
     Ya es suficiente con los bailecitos, con los gestos de limpiar las botas, con las devotas miradas al cielo, con los corazoncitos, con las reverencias y con el resto de las niñerias celebratorias habituales. Otro tanto para los comentaristas que en lugar de cantar un gol, que ya hemos visto todos, lo berrean hasta el delito acústico.


MELONI ha ido a hacerle unas carantoñas a Trump. Sánchez, que ya tiene experiencia con Mohamed y con Xi Jinping, debería imitarle. Todo por la patria, Pedro. Tú puedes.

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