Una interesante serie, en cuatro capítulos, sobre la figura de Napoleón Bonaparte. Muy bien realizada e interpretada, basada en el relato del escritor francés Max Gallo.
La de sangre
que hizo correr Napoleón Bonaparte y, sin embargo, despertó la admiración de medio
planeta, entre otros la de Sthendal, que escribió una biografía sobre él.
Al final se
sugiere, se evoca, su paso siendo todavía un niño, por el internado de una academia militar: su
soledad, su marginación, las humillaciones a las que fue sometido por parte de
sus compañeros y su orgullo indomable, del que tenemos muestras abundantes a lo
largo de la serie.
Cómo el
carácter de los hombres se forja en su infancia y cómo los historiadores suelen
olvidar esto para ocuparse de hechos protagonizados por adultos.
Cómo las
ideas, transportadas a lomos de los ejércitos, hacen avanzar la Historia -en
este caso las ideas que están en el germen de la Revolución Francesa-, a costa
de cientos de miles de vidas, de extender la desolación y la miseria por países
enteros.
Cómo las
dudosa implantación de un puñado de ideas –igualdad, libertad, fraternidad-
tienen un alucinante costo en vidas humanas
Cómo los
países, antes de la Revolución, vivían inmersos en la opresión y la
servidumbre. Pero es una campesina la que, sin identificarlo, le escupe su odio
al mismo Napoleón: la vida de sus dos hijos en las guerras a cambio de una
supuesta liberación de su servidumbre.
Francia lo
exaltó y lo derrocó, lo amó y lo odio. Las masas son maleables.
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