sábado, 10 de diciembre de 2016

La libertad en "Desgracia" de Coetzee, 2


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Pero el meollo de este libro está en el tema de la libertad. Para el profesor Lurie, el protagonista, la libertad de su deseo está por encima de todo, incluso por encima de mantener su empleo. Es por ello que no pone interés en defenderse frente a las acusaciones del comité disciplinario que debe juzgar sobre su relación con una alumna más joven y sobre las irregularidades académicas que ha perpetrado para protegerla y favorecerla. Mejor irse, prefiere perderlo todo que someterse a semejante inquisición entre puritana y corporativa.

El caso de su única hija, Lucy, es totalmente opuesto. Ella, por razones que no se explican, pero que pueden intuirse, acepta someterse a lo que a todas luces es una indignidad, un abuso, con tal de poder continuar viviendo en su casa campestre. Con el añadido de que puede elegir. Cuenta con la ayuda de su padre para irse, para rehacer su vida en otro lugar. Pero ni siquiera la incertidumbre social y política (estamos en la Sudáfrica previa a la caída del régimen supremacista), los previsibles cambios que se van a producir, le hacen cambiar de actitud.

Y el padre, por amor a su hija, haciendo de tripas corazón. asume una situación que le repugna y que él nunca hubiera aceptado para sí mismo.

A vueltas siempre con la libertad. Y una certeza: nunca es gratis y, muchas veces, es carísima. Algo que nuestras sociedades líquidas (o gaseosas) parecen haber olvidado.