Sábado 17 de junio. Primer
baño de la temporada, aprovechando los calores de estos días. La playa ya está
en posición ON, con todos los servicios y chiringuitos en marcha. Desde
principio de mes he paseado por la orilla en varias ocasiones, pero el baño lo
he ido aplazando. Hoy me he decidido. Bandera amarilla, marea alta. El agua aún
está fresca, pero se deja. Olas, no demasiado grandes, pero muy seguidas. La
temperatura del agua todavía no es uniforme, hay tramos más fríos, lo que
resulta muy adecuado para el sistema circulatorio. Cada día de baño es
diferente. Hay algunos días con la mar en completa calma, pero son los menos.
Es uno de los muchos encantos de esta playa privilegiada. El lunes pasado
celebré el segundo baño, con aún pocos clientes en la arena. El agua parecía
una piscina. La posibilidad de bañarme casi a diario en el mar durante los
próximos cuatro meses me compensa de la invasión de gentes (y de coches) que
sufre Hendaya todos los veranos y que suele llegar a límites extenuantes.
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