martes, 31 de julio de 2018

Andy





Tras su máscara de frivolidad, Warholl es bastante más profundo de lo que parece, al menos en su escritura.

Es un hombre que renuncia, y eso le proporciona una energía soterrada. Su apariencia débil esconde una voluntad de hierro.

Silencioso como una serpiente siempre va directo a su objetivo, sin cansarse con explicaciones.

El amor de su madre puede que fuera su secreto, lo que le permitía estar por encima, renunciar a todas las trampas del amor. Su opinión sobre el sexo era radical: “Lo mejor es no hacerlo”. También lo dijo San Pablo. El católico Warholl asoma por todas las esquinas.

Sus Diarios (dictados, no escritos) esconden mucha sabiduría.