Ayer noche salí a ver las estrellas. Cogí los prismáticos y la brújula y
me fui hasta la zona de Abbadie. Dejé el coche en el aparcamiento y bajé
andando unos trescientos metros hasta el centro de interpretación del parque.
Menos mal que llevaba una linterna. No se veía nada. A las 10.30 de la noche
había un tráfico infernal, algo que en Hendaya sólo ocurre en verano. Al pasar
por el camping la música estaba a todo volumen. El pequeño promontorio sobre la
costa en el que pensaba instalarme estaba ocupado. Me introduje en el parque
para buscar un buen observatorio pero no encontré ninguno y me di la vuelta.
Finalmente me senté junto al centro de interpretación, la música del camping
como fondo. Estuve un rato contemplando el firmamento. No vi gran cosa porque
había grandes zonas contaminadas por la luz eléctrica. En el camino de vuelta
vi en los bordes del camino pequeñas lucecitas entre la vegetación. En la
oscuridad, las luciérnagas brillaban como estrellas en el cielo.