Su ya dilatada obra (nació en 1942 y
empezó a publicar muy joven) puede dividirse en piezas largas (muy largas) y
cortas (bastante cortas). “Fantasía de la repetición”, fechada en 1981-1982 es
de las segundas.
Se trata de una colección de notas:
aforismos, apuntes, reflexiones, impresiones, citas (propias y ajenas),
fragmentos. El lector que persevere en ellas, que las lea dos veces si no las
entiende a la primera, recibirá a cambio una buena gratificación intelectual,
estética y, sobre todo, espiritual.
Porque Handke, además de un épico,
es también un ser espiritual, casi diría un místico. No puede ser otra cosa
alguien que escribe: “Ahora puedo decir lo que es “el ser”: la materia de la alegría.”
O esta otra: “Escribir como “aventura mística”, que hace más claro, más sensato”
Muchos de estos fragmentos podrían
desarrollarse en un libro entero, podrían convertirse en un tratado. Este, por
ejemplo, sobre cómo debería ser la educación: “Cuando era niño me dejaron ser
(me educaron bien, por tanto)”. Imposible decir más con menos palabras.
Proliferan los temas personales, los
de higiene vital. “Cuando no salgo al campo en todo el día (podría ser también
a las afueras de la ciudad), es como si me sintiera sucio…” O bien, “Sin la
ilusión uno queda reducido a una mala dentadura”
El viaje, el caminar, no podía faltar
en este autor. “Voy de camino para aprender, y cuando voy de camino acompañado,
casi no aprendo nada”
Goethe, Virgilio, Balzac, Rilke,
Simenon, Kafka… Son los autores más citados y glosados. Curiosa la relación que
tiene con este último. “Odio a Franz Kafka, el Hijo Eterno”
Hay también unos pocos fragmentos
que rozan lo irritante, o el solipsismo, o lo enigmático. “Sensación de
amistad: el color la continúa”, “El lápiz olía a romero”.
¿Cómo se ve Handke a si mismo en
cuanto autor? Lo explica brevemente: “Un épico lírico con giros dramáticos (mi
ideal)”
El lector hará bien en introducir
una pausa entre cada uno de las notas. Esto dilatará la lectura, pero un libro
de estas características resulta casi inagotable. De la misma forma, es
indiferente por dónde empezarlo.
La lectura apresurada es enemiga de
este libro y del resto de los libros de este austríaco. “Tómate cada momento en
serio del todo, y no te detengas en nada” Sin punto final. Todo debe quedar
abierto.
Peter
Handke, Fantasía de la repetición, Ed. Tres sórores, 91 pág.