viernes, 11 de septiembre de 2020

El joven Wallander



Como soy aficionado a las novelas del detective Kurt Wallander, no puedo ser demasiado objetivo al evaluar la serie El joven Wallander (seis capítulos) que ha estrenado Neflix. Pero nunca soy objetivo con las series, ni con ningún otro producto artístico, para qué engañarnos.

Mis expectativas se han colmado. Me gusta la idea de traer el primer caso del detective Wallander, recién salido de la academia, a la actualidad, en una Suecia que, entre otros, sufre los problemas derivados de la inmigración y el multiculturalismo.

El personaje, inspirado en el protagonista de las novelas del gran Henning Mankell, mantiene los rasgos de aquel y este es uno de los aciertos de la serie: es perseverante, sufrido, abnegado, honesto, cumplidor de su deber por encima de las ordenanzas (lo que siempre le acarrea algún problema) y propenso a que su actividad laboral repercuta negativamente en sus relaciones amorosas.

La serie es un producto elaborado con esmero, bien ambientado, ameno, si bien puede que no llegue al nivel al que nos tiene acostumbrados el noir nórdico.

De entre los personajes me ha llamado la atención el del detective jefe de Wallander, interpretado por el atractivo Richard Dillane. El jefe es un tipo valiente, curtido y escéptico que se preocupa por el todavía inexperto Wallander. Le da la oportunidad de abandonar el uniforme y dedicarse a la investigación.

El final es quizá lo menos acertado, a la vista de que, en la realidad literaria, sólo sería el inicio. Tal vez haya segunda temporada, quién sabe.

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