viernes, 11 de septiembre de 2020

El joven Wallander



Como soy aficionado a las novelas del detective Kurt Wallander, no puedo ser demasiado objetivo al evaluar la serie El joven Wallander (seis capítulos) que ha estrenado Neflix. Pero nunca soy objetivo con las series, ni con ningún otro producto artístico, para qué engañarnos.

Mis expectativas se han colmado. Me gusta la idea de traer el primer caso del detective Wallander, recién salido de la academia, a la actualidad, en una Suecia que, entre otros, sufre los problemas derivados de la inmigración y el multiculturalismo.

El personaje, inspirado en el protagonista de las novelas del gran Henning Mankell, mantiene los rasgos de aquel y este es uno de los aciertos de la serie: es perseverante, sufrido, abnegado, honesto, cumplidor de su deber por encima de las ordenanzas (lo que siempre le acarrea algún problema) y propenso a que su actividad laboral repercuta negativamente en sus relaciones amorosas.

La serie es un producto elaborado con esmero, bien ambientado, ameno, si bien puede que no llegue al nivel al que nos tiene acostumbrados el noir nórdico.

De entre los personajes me ha llamado la atención el del detective jefe de Wallander, interpretado por el atractivo Richard Dillane. El jefe es un tipo valiente, curtido y escéptico que se preocupa por el todavía inexperto Wallander. Le da la oportunidad de abandonar el uniforme y dedicarse a la investigación.

El final es quizá lo menos acertado, a la vista de que, en la realidad literaria, sólo sería el inicio. Tal vez haya segunda temporada, quién sabe.

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2 comentarios:

  1. Pedro de Luarca12/9/20 18:28

    Pues siento discrepar, don Juan Luis, pero desde mi punto de vista, "el gran Henning Mankell" no le llega ni a la suela del zapato a los grandes clásicos policíacos como Conan Doyle, Simenon, Edgar Wallace, el muy literario Wilkie Collins, la cerebral Agatha Christie o incluso el sinuoso y efectista Harry Stephen Keeler. (Por no hablar de Edgar Allan Poe, claro).

    ¿Por qué es popular Mankell? Pues por una cuestión de cronología. Habla de coches que van a 160 km/h, habla de trenes de alta velocidad, de mafias rusas o ucranias, en su obra se emplean móviles, celulares, emails, cosas que no existían en tiempos del Sherlock Holmes de Doyle o de las encerronas de Agatha Christie. Por esto, y porque, oiga, "hay que ser actual", no vamos a leer antiguallas. Y por publicidad y márketing, y por promoción y películas.

    Pero creo que uno se podría ir tranquilo de este mundo sin haber catado nada de Mankell, mientras que me parecería bastante desgraciado aquel pobre ser humano que abandonase la vida sin haber degustado los Diez Negritos de Christie, o las aventuras más sonadas de Sherlock Holmes, o los casos de "habitación cerrada" de Edgar Wallace, o las Noches de Sing Sing del arborescente Stephen Keeler. Sería una verdadera pena, una dolorosa pérdida.

    Pero ya se sabe, para "matar el tiempo" vale todo, siempre que se tenga necesidad y deseo de llevar a cabo semejante crimen.

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  2. Seisdedos12/9/20 20:26

    Le veo un poco fundamentalista, dpn Pedro. Sin desdeñar a los que cita, Manckell es muy bueno, y no solo por Wallander, sino también por sus otras novelas, como Zapatos italianos. Y Wallander no es de la época de los móviles ni la última tecnología sino un poco anterior. En cuanto a lo de "matar el tiempo", sin comentarios.

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