domingo, 25 de abril de 2021

Confidencias de un colegial: los matoncillos

Los matoncillos de la clase han ido a pasar un examen, pero una de sus víctimas les ha echado en cara su matonismo. Entonces los matoncillos se han sentido muy ofendidos y se han marchado del examen sin examinarse. La profesora ha corrido tras ellos suplicándoles que regresen, pero ellos no le han hecho caso. La profesora les ha dado un aprobado general, menos a la víctima, que tendrá que volver a examinarse.

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Después de la tabarra de ayer con los libros, hoy tengo pereza de ir al colegio. No sea que en cuanto asome la cabeza por el patio me caiga algún libro encima. Cuanto menos leen más les gusta presumir de lecturas. Ayer mi progenitor estuvo a punto de hacer algo inaudito en él: pasarse todo el día sin leer. Creo que por eso estaba de tan mal humor.

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Mi colegio es uno de los más raros de Europa. Y ahora que estamos en campaña electoral aún lo es más. El adjunto al director es el jefe de los matoncillos, el profesor encargado de la disciplina anda llorando por las esquinas porque dice que le han amenazado ¡por carta! y la mayor parte del equipo de dirección son antisistemas que quieren cargarse el colegio y repartírselo entre ellos. Además, se han buscado un chivo expiatorio, los malotes, de los que nunca se ha tenido noticias de que le hayan levantado la mano a nadie; la voz sí, porque les gusta hacerse oir. Los alumnos, que no pintamos nada, estamos estupefactos. Cuando le cuento estas cosas a mi progenitor me dice que él no puede hacer nada, que a cada uno le toca un colegio en la vida y que aprenda a la lección de Pirrón de Elis. Estoy en ello.