Sé tolerante con la vanidad. El que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
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Cuando algo te preocupa no hay nada como otra preocupación aún mayor para olvidarte de la primera.
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A cambio de sufrir la plaga de la partitocracia, se nos conceden algunas libertades elementales. Esa es la principal diferencia con la dictadura.
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Se quisiera vivir dentro de uno de esos cuadros ideales, inmaculados, paradisíacos. Lo irresistible del bucolismo pictórico.
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El Buda dio la clave: "Aquellos que viven atentos al instante presente, no morirán nunca. Aquellos que no viven atentos al instante presente, ya están muertos." No hay más, ni siquiera en el caso de que no se crea en la inmortalidad.
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“Dios es mi todo”, dice una veinteañera exhibicionista y lasciva (a juzgar por las fotos que publica) en una red social. ¡Cuánto esperpento!
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Siempre hay que tener cuidado con la cantidad. Las avalanchas son demoledoras.
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Siguiendo a Jüng puede decirse que el sentimentalismo --que hoy lo impregna todo-- es una máscara de la brutalidad.
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Nos roban todos los días, nos imponen un montón de obligaciones y restricciones pero, ¿se puede perdonar que nos priven de la melancolía del crepúsculo?
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Ese prodigioso jugueteo entre lo sensual y lo maternal. Esa admirable versatilidad, tan burguesa por otra parte.
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Pensamiento de Viernes Santo. La mente es el ego. El ego es la mente.
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Defenderse de la enemistad es más fácil que practicarla. Suele bastar con ignorarla.
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La intuición es una impaciencia.
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Todo el placer de ayer caminando por la playa en una mañana calurosa, se ha transformado hoy en incomodidad a causa del frío. Sin embargo, hubiera bastado con abrigarse más. El placer no depende sólo del exterior. También de nuestra disposición hacia él.
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El terrorismo y la violencia, como las dictaduras, lo pudren todo durante décadas.
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Analfabetos en dos o tres idiomas. Esa va a ser la cosecha. Ya lo está siendo.
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En las grandes superficies comerciales puedes ver la realidad de nuestra sociedad y de la cultura consumista en la que chapoteamos. También el lamentable nivel educativo. Uno tiene que armarse de valor y de paciencia para visitar uno de estos lugares.
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En las redes sociales no se debería escribir sobre las redes sociales. Se corre el riesgo de espantar a la clientela.
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¿Qué le hace pensar al creyente que Dios pueda necesitar de sus plegarias?
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Lo mismo puedes, al final, borrarlo todo. Pero lo dejas por sentimentalismo.
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¿A dónde vas con tanto laconismo? ¡En la época de la retórica, de la demagogia! --
¡Precisamente por eso!
¡Precisamente por eso!
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