domingo, 4 de abril de 2021

La jetocracia

La agenda. El Día de la Madre, el de los Gatos, el de la Poesía, el del Medio Ambiente, el de los Indígenas, el de los Epilépticos, el de los Enamorados, el de los Calvos, el de los Animales, el de los Sin Techo, el de los Alcohólicos, el de los Cornudos, el de los Suicidas, el de los Tontos Útiles… Te van marcando la agenda, para que no te extravíes en las procelosas aguas de la vida moderna.


Las colas. En Sevilla han soltado el bulo de que si te presentabas el Jueves Santo en un centro de vacunación podías vacunarte sin cita previa. El lugar se ha colapsado.
Nos encanta saltarnos las colas. Hay que reconocer que los "buleros" se conocen bien el percal.
Pero si queremos ser europeos de pleno derecho más nos vale aprender esta sencilla lección de civilidad. Porque los europeos son muy mirados y llevan mal a los listillos que se saltan las colas.


Uniformidad. Sin duda ya hemos alcanzado un buen nivel de uniformidad. Las hinchadas de ambos equipos, la guipuzcoana y la vizcaína, han tenido similares comportamientos antisociales y antisaludables durante la despedida de sus respectivos equipos para jugar la dichosa final de la Copa del Rey. No entiendo por qué razón los gobernantes se echan las manos a la cabeza y acto seguido nos amenazan a todos con restricciones aún más duras. ¿No era eso lo que querían? Y, si no era eso, por qué se han pasado dos meses jaleando este encuentro como si nos fuera la vida en ello.


Ese ministro. Me encantan las causas perdidas, así que voy a defender al ministro señor Abalos por haberse saltado el confinamiento e irse a tomar el sol a las Baleares. No se es en vano ministro de "Transporte y Movilidad". Si el señor Abalos dejara de moverse qué sentido tendría su cartera ministerial. Otro tanto para las maletas de Delcy. Quién mejor que él para mover maletas.


Ese otro ministro. Lo malo --o lo bueno, según se mire-- de hacer ministro a un juez es que, pase lo que pase, nunca dimite. ¿Cuándo se ha visto que un juez dimita? Que se lo pregunten al señor Marlaska.


La niña duerme en casa. No sé por qué los españoles se quejan tanto del toque de queda ¡a las 10 de la noche! En Francia nos mandan a casa a las ¡7 de la tarde!, dos horas antes de que anochezca. Recuerdo los viejos tiempos: “ellos te quieren en casa poco antes de que den las 10”, decía la canción.
“Tu madre abrirá la puerta,
sonreirá y os besaréis.
La niña duerme en casa...
y en un reloj darán las diez.”
Por lo menos se hacían poemas con la represión…


Jetocracia. La obligación de llevar la mascarilla en todo momento y lugar no es tan nefasta como parece. A partir de ahora sólo tendremos que verles la mitad de la cara a nuestros gobernantes. Esto, en una jetocracia como la nuestra, tiene su importancia.