Qué finura
el gobierno nacionalista de Urkullu, con qué discreción han subido un 91% el precio de los
billetes de tren de cercanías, ahora llamado “metro” y antes, de toda la vida, “topo”.
Cómo borda la casuística esta gente. Ya se nota, ya, que han asimilado bien al
santo de Loyola, "nuestro patrón."
Antes, como
en el resto del mundo civilizado, había billetes de ida y vuelta; antes había
un bono para diez viajes. Ahora no. Urkullu y compañía siempre marcan la
diferencia. Antes el billete entre Hendaya y San Sebastián salía a 1,2 euros.
Ahora, a 2,30. Eso es un 91% de incremento.
Nosotros
somos cuatro. Si queremos ir a San Sebastián –veinte kilómetros- en el
transporte público nos tenemos que gastar 14,40 euros entre ida y vuelta. Casi
mejor, por ese precio, nos vamos en el coche, lo aparcamos en un parking y así,
de paso, contaminamos un poco.
Ya podía
tomar nota el señor Rajoy que cada vez que sube algo arde Troya. Aquí, en el
convento vasco, sube el transporte público un 91% y no se oye un susurro.
Porque aquí nunca pasa nada y, si pasa, es como si no pasara. Estamos
acostumbrados a todo. Hace mucho que aprendimos a callar.
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