jueves, 26 de septiembre de 2013

El nuevo embajador USA, azote de piratas

Al gobierno norteamericano, según ha explicado James Costos, su nuevo embajador en Madrid (en la primera entrevista que concede), no le preocupa la crisis económica que sufre nuestro país, ni le preocupa la crisis política, ni, menos aún, la crisis de identidad. No, nada de eso. Lo que le preocupa al flamante embajador norteamericano es la piratería informática y ya ha ofrecido toda su inestimable ayuda para acabar con este terrible problema para los intereses norteamericanos.

Este es un tema viejo, porque ya en los primeros papeles de Wikileaks salieron un montón de mensajes de la Administración  USA presionando para que el gobierno español atajara la piratería informática que afecta, como es sabido, en primer lugar a los intereses norteamericanos.

Ahora, el nuevo embajador insiste. Pero James Costos es un hombre comprensivo y es partidario de reeducar, o educar más bien, a los españoles para que dejen de piratearlo todo, las películas, los libros, las canciones, los programas para ordenadores,  todo todito lo piratean los españoles. Y, además, con gran entusiasmo y, peor aún, sin el más mínimo remordimiento de conciencia, bien al contrario, lo piratean todo con ardor justiciero. “Si los de arriba roban y roban con total impunidad a ver quién es el guapo que nos va a decir a nosotros que no robemos una migaja, lo poco que está al alcance de nuestra mano. ¿Pero qué se han creído estos yanquis majaderos? Además, nosotros no pirateamos para enriquecernos, nosotros no somos como la gente del top manta, que piratea para vender. Nosotros sólo pirateamos para nuestro propio consumo y, como mucho, para el de nuestra familia y el de nuestros amigos.”

“Vamos, si con la que está cayendo no vamos a poder ni ver una película de Torrente sin pagar (que, además, si pagamos, porque debemos pagar el soporte y ahí nos graban bien grabados), ni bajarnos Los cincuenta polvos de Grey, ni Las aventuras del capitán Reverte, ni vamos a poder escuchar a Pablo Alborán ni a la Pantoja sin pasar por taquilla, ¿entonces? ¿Nos abrimos las venas? ¿No les vale con tener que pagar para ver el fútbol, ni con el iva del nosécuántos para entrar en un cine, o comprase un bolígrafo? ¿Encima les vamos a tener que pagar a los yanquis por ver sus películas y sus series bien cargaditas de esa violencia sádica con la que tanto les gusta adoctrinarnos?

Así que el nuevo embajador, antes que nada, nos va a dar unas clases de moral. 

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