Muchos de los que se
opusieron ferozmente a la intervención norteamericana en Irak ahora se
posicionan a favor de bombardear Siria. En aquella ocasión, desde el primer
momento, rechazaron que el régimen dictatorial de Sadam Hussein dispusiera de “armas
de destrucción masiva”. Ahora, con la misma prontitud, juran que el régimen
dictatorial de Assad, ha lanzado armas químicas contra civiles. Esa
versatilidad moral no deja de ser asombrosa aunque, en realidad, sólo se trata
de una cuestión de sectarismo: lo de Irak lo ordenó un tipo de derechas y lo de
Siria quiere perpetrarlo un socialdemócrata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario