viernes, 31 de agosto de 2018

La bella y señorial Medicaceli


 Una de las casas blasonadas o palacios que proliferan en la bella Medinaceli

 Situado al sur de la provincia de Soria, a 1200 metros de altura, Medinaceli es uno de los pueblos más hermosos de España, lo cual es mucho decir en un país cuajado de pueblos hermosos. Está situada en lo alto de un cerro, abierta a todos los vientos y soles. Hay tal luminosidad que apenas puedo encuadrar las fotos que voy haciendo.



Un arco romano de triple arcada, 8,10 metros de altura y de estilo africano recibe al visitante. Fue levantado en el siglo I d.C. Cumplía una función conmemorativa y se utilizaba como puerta de acceso.

Medinaceli ha sido una ciudad importante a lo largo de la historia debido sobre todo a su emplazamiento estratégico. Marcó la línea divisoria entre cristianos y musulmanes y, más tarde, entre aragoneses y castellanos.


Se cree que el caudillo Almanzor murió en su alcazaba, en 1002, tras su derrota en la batalla de Catalañazor. Un rey aragonés, Alfonso I el Batallador, la recuperó para la cristiandad. Pocos años después pasó a manos castellanas.

En Medinaceli hay media docena o más de monumentos de gran interés: la Colegiata, el palacio de los duques, la puerta árabe, la alcazaba, la plaza mayor con su alhóndiga, los mosaicos, el convento de clarisas, etcétera.

Sin embargo, lo que más me ha impresionado de esta ciudad, han sido sus calles y sus casas blasonadas, rodeadas de frondosos jardines cobijados tras altos muros perimetrales. En este caluroso 15 de agosto debe ser extraordinario poder refugiarse en alguno de ellos y mantenerse alejado de los numerosos turistas que nos hemos encaramado a este risco.

Pasear por estas calles, algunas de gran estrechez, es un auténtico placer, y lo sería aún más, sin duda, en otra fecha menos concurrida.

Ruinas del beaterío de San Román

Me ha llamado la atención también un edificio en ruinas, el llamado beaterío de San Román, que fue parroquia hasta 1556, fecha en la que se utilizó como beaterío o residencia de mujeres devotas que vivían en comunidad sin someterse a las reglas eclesiásticas. Posteriormente y hasta 1939 adoptaron la regla de San Jerónimo.

Por la estructura de su planta se sospecha que al principio pudo ser un templo no cristiano. La influencia oriental, la ubicación en el barrio judío y su orientación sugieren que pudo tratarse de una sinagoga.

La casa consistorial

Plaza Mayor con el palacio ducal a la izquierda

Patio del palacio ducal que alberga salas de exposiciones
El palacio de los duques de Medinaceli es un edificio renacentista del siglo XVI que ocupa una de las fachadas de la plaza Mayor. Cayó en desuso en el siglo XIX (los duques tenían varios palacios repartidos por toda España y se conoce que no pudieron ocuparse de este) hasta llegar a una ruina casi total. No fue hasta finales del siglo XX que empezó a restaurarse. Desde hace diez años la planta baja alberga varias salas de exposiciones y un mosaico romano.


Desde la carretera que asciende hasta la ciudad histórica, el castillo, levantado sobre la primitiva alcazaba árabe, ofrece un aspecto impresionante, con sus tres torreones y su torre del homenaje desmochada. Los muros son ciegos lo que le proporciona fuerza y simplicidad. En la actualidad se utiliza como cementerio.


La puerta árabe o del Mercado. El otro primitivo acceso a la ciudad que se mantiene en pie. Muy reformada. Es posible que, en su origen, fuera de arco de herradura.