viernes, 17 de mayo de 2019

Los hombres de la carretera (Emboscada final)


Franz Heimer, un antiguo capitán de los ranger de Texas, vive en una confortable mansión, ocupándose de la seguridad de varias empresas petroleras. Un buen día se presenta en su casa un enviado de la gobernadora para intentar que lleve a cabo la detención y, en su caso, liquidación, de los dos populares bandoleros que llevan varios años cometiendo todo tipo de tropelías a lo largo y ancho de varios estados: Bonnie y Clyde.

El capitán, que según las amigas de su mujer es un cascarrabias, recluta a un antiguo compañero, alcohólico más o menos rehabilitado, e inician la búsqueda y persecución de los delincuentes.

Con estos mimbres el director John Lee Hancock ha elaborado Emboscada final (The highwaymen en el original), una película que bien podría convertirse, si no lo es ya, en una película de culto. Es una de las últimas agradables sorpresas de Neflix.

Esta obra es memorable por muchas razones. Quizá la extraordinaria e inolvidable interpretación de sus dos protagonistas -Kevin Costner y Woody Harrelson- es la principal. Pero está también la excelencia de la dirección, de la fotografía y de unos diálogos brillantes.

“Antes había que tener talento para que los periódicos publicaran sobre ti. Ahora sólo hay que matar gente.”

Estamos ante uno de los grandes temas de la modernidad y de la corrección política. ¿La sociedad puede permitirse el ser escrupulosa y considerada frente a delincuentes muy populares, de gran predicamento mediático, pero que asesinan a sangre fría sin el menor remordimiento?

A diferencia de aquella Bonnie and Clyde de Arthur Penn (1967), esta película está narrada desde el punto de vista de los perseguidores; los delincuentes apenas aparecen salvo para, esporádicamente, contemplar los resultados de sus acciones. Seguimos las peripecias de estos dos veteranos, jadeantes y esforzados, que se la juegan por puro sentido del deber y del compañerismo hacia sus colegas asesinados.

Una película en la que el romanticismo cae esta vez del lado de los buenos. Una película de largas carreteras polvorientas que discurren por llanuras interminables. Una película que habla de viejos ideales, del trabajo esforzado y callado, de la lealtad.


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