“Hacer obras que sean como esas quince piedras del Ryoan-Ji que son,
más que un objeto en si mismo, un elemento de meditación” J.M.Y.
El premio nacional de las artes plástica me sirve para conocer a un pintor que desconocía, que me gusta y que me interesa, José María Yturralde (Cuenca, 1942).
En su muy lograda página web puede verse un buen puñado de sus obras y en sus diferentes etapas creativas.
Las etiquetas que ha puesto a su espléndida galería dan una idea que los caminos por los que discurre su actividad:
Abstracción geométrica, cinética, formas computables, figuras imposibles, lasers, holografía, instalaciones, estructuras flotantes, elipses, límites, vacíos, interludios, postestudios, horizontes…
Una asimetría dentro de la simetría; un desequilibrio equilibrado; algo que atrapa la mirada, pero que se olvida pronto y que, por ello, permite una nueva contemplación.
Algo hipnótico entre las líneas, las formas y el color. Algo muy atractivo y poderoso en sus colores.
Una investigación permanente, muchas variaciones sobre temas similares y, finalmente, esa depuración, refinamiento y elevación que tiene la geometría y lo relacionado con ella.