martes, 9 de febrero de 2021

La alegría de las mimosas

Este año la floración de las mimosas ha llegado en su fecha habitual. Ese color amarillo dorado que tienen, sobre todo las más jóvenes, es una preciosidad. Qué bien armoniza con nuestros grises y verdes. La flor de la mimosa produce una falsa impresión de primavera, sobre todo porque aquí la primavera viene entreverada con el invierno, pero aún así, alegra verla en tantos jardines.

Un poco más arriba hacia el norte, por las Landas, la mimosa es tan abundante que parece una plaga. Me gusta contemplarla en la calle. En casa, sin embargo, no la puedo tener: resultan demasiado fragantes y enseguida me agobian. Ahora mismo tenemos un jacinto, que le regalaron a Greta en un supermercado (siempre le regalan plantitas en los supermercados). En cuanto ha florecido ha empezado a perfumar el ambiente, pero he tenido que mandarlo a un rincón para que esté tranquilo y no se ponga a transpirar en cuanto pasa alguien a su lado.

Para el interior son suficientes las plantas verdes, aunque sean grandes y voluminosas. El jacinto es pequeñito, pero hay que ver cómo se hace notar. En unos días florecerán los magnolios, que también abundan por aquí, aunque menos. La mayoría producen unas flores rosas espectaculares. En una de las imágenes aparece a la izquierda un magnolio. Qué idea más brillantes plantarlo junto a una mimosa en la entrada del jardín. En esta época suelo detenerme para contemplarlos.